Encierro de estudios


A todo opositor le llega el momento en que el examen se acerca y hay que dar el último empujón. Las 2 últimas convocatorias empezaron en septiembre, por lo que os podéis imaginar como han sido mis 2 últimos veranos, pero hoy quiero contaros un poco más. Ante todo os aclaro que no es una planificación académica, sino más bien organizar tu tiempo. 

A mediados de julio me cogí 4 dias para desconectar de todo y pasar unos días de descanso con la familiar, y después empezó lo más difícil: me fui a una casa que tiene mi familia en un lugar fresquito, pero sobretodo en un lugar donde estar a solas y nadie me molestase para estudiar. 

Me llevé una pequeña maleta con ropa y mis cosas esenciales y 2 enormes maletas con temas, códigos, material de papeleria... enseguida organicé el que iba a ser mi lugar de estudio durante ese mes. Otro aspecto importante es que no es un hotel ni es como de costumbre que vivo con mi familia, por lo que tuve que añadir la planificación de las tareas del hogar y comidas. 

La verdad es que la primera semana se hizo muy dura, pero os cuento el porque: la soledad. Obviamente el ritmo de estudio es duro, sobretodo a medida que la presión aumenta y tienes que echarle más horas, pero a mi se me hizo muy raro el no hablar con nadie durante el dia, ni a la hora de comer ni en los ratitos de descanso. Asi que lo que hice fue aprovechar mis caminatas a ultima hora por la sierra (demasiado calor para salir a corrrer, pues se pasea) para llamar a familia y amigos para hablar de todo y nada, para que me hicieran compañia. Ya les había avisado de mi encierro por lo que no querían molestarme y la verdad es que se portaron muy bien.

Al final aunque no aprobé estos intensivos de estudio considero que me han sido muy útiles puesto que te concentras mucho más. que es al fin y al cabo lo que necesitas de cara al examen, pero al igual que con la oposcicion en general, lo más duro ha sido desde el punto de vista anímico.

Frase del día:
El portero del manicomio, mientras cerraba la puerta, meneando la cabeza decía: Encierro más, fuera que dentro. . .  

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